Mis cuentos

En esta entrada me gustaría compartir mis cuentos. Espero que os guste…

CUENTO 1: SOFÍA Y EL REINO DE LOS SUEÑOS ENCANTADOS. EL RESCATE DE LA PRINCESA LUNA

PARTE 1

Érase una vez… …una niña que se llamaba Sofía. Sofía, vivía en una casa en mitad del bosque con sus padres. A Sofía le encantaba la tarta de frutos del bosque. Un día, su madre le dijo:»Sofía, necesito que recojas moras y arándanos para la tarta». Sofía cogió su cesta y se adentró en el bosque.

Mientras cogía las moras, vió junto a un arbusto algo que brillaba mucho. Sofía, se acercó para ver que era. Cuando cogió la piedra, dejó de brillar. Así, que no le dió importancia y la tiró a un charco. Pero de repente, ocurrió algo increíble, del agua salío el reflejo de una princesa pidiendo ayuda. Se llamaba Luna, y estaba encerrada en el castillo del dragón de tres cabezas, que se encontraba en el bosque de los sueños encantados.

Luna, le entregó un caramelo mágico para que pudiera salvarla. Sofía, asustada, cogió el caramelo y salió corriendo.

Al llegar a su casa, le dio la cesta a su madre y se fue a su habitación. Cogió el caramelo y se puso a pensar si lo que le dijo Luna sería verdad. Pero tenía tanta curiosidad, que se lo comió. Poco a poco, empezó a notar que caía en un profundo sueño y se durmió. 

De repente, Sofía se encontraba en el bosque encantado de los sueños. Era un precioso lugar lleno de árboles y flores de colores.

Parecía todo muy tranquilo y no se veía nadie. Pero de pronto, pudo ver que unas hierbas muy altas se movían. Sofía, se acercó muy despacio y de repente saltó un conejo. Como era un bosque encantado, el conejo podía hablar, y le dijo:»si quieres llegar al castillo del dragón de las tres cabezas sigue el rastro de las cenizas». Sofía le hizo caso al conejo, y siguió el rastro de las cenizas. De repente, desapareció el rastro y Sofía no sabía cómo continuar. Miró a un lado, y a otro y no vió nada… …finalmente, bajo un árbol se encontró una caracola.

La cogió, y se la acercó al oído. Desde el interior de la caracola se escuchó una voz que decía:»busca al guardián de los sueños«. Sofía, sin saber de qué estaba hablando, siguió para adelante. No tardó mucho en darse cuenta de lo que le había dicho la caracola. De pronto, un extraño pájaro rojo de más de cuatro metros apareció delante de Sofía. Era un FÉNIX gigante.

Sofía, estaba muy asustada por lo que veía. El fénix, se acercó y se agachó. Sofía, entendió que debía montarse, entonces se subió. En el trayecto, se agarró muy fuerte, con la sensación de que se iba a caer. Al llegar al castillo, le esperaba un mago, con la intención de detenerlos. Al fénix se le iluminaron los ojos e hipnotizó al mago.

El mago, cogió las llaves, liberó a la princesa y se fueron volando antes de que al mago se le pasara el efecto .

El rey, en señal de agradecimiento, le regaló a Sofía un bote de caramelos y una pulsera.

De repente, su madre le despierta para ir al cole. Entonces, Sofía se pensó que todo había sido un sueño. Pero al ver el bote de caramelos en su mesa de noche, se llevó una alegría muy grande, así podría volver al reino de los sueños cada vez que quisiera y  ver a la princesa.

                 F I N

CUENTO 2: SOFÍA Y EL REINO DE LOS SUEÑOS ENCANTADOS. LA MAGIA DE LOS NIÑOS

PARTE 2

Érase una vez… … una niña llamada Laura, que vivía con sus padres y sus tres hermanos en una bonita casa en las afueras de un precioso pueblecito.

Laura y sus tres hermanos, Carmen, Berta y Julio, iban casi todas las tardes a jugar a un precioso estanque junto a  un pequeño puente de piedra, donde quedaban con sus amigos para jugar en las vacaciones de Navidad.

Ahora, en invierno al contrario que en otras épocas del año, no se veía nada verde. La mayoría de los árboles habían perdido sus hojas, no había flores, el suelo estaba cubierto de nieve y el estanque estaba congelado. No podían trepar ni hacer cabañas en los árboles, pero podían patinar en el estanque de hielo que era lo que más les gustaba. Iban casi todas las tardes y se lo pasaban genial.

Uno de los días, mientras patinaban, Carmen, encontró un diamante en medio de la pista, y aunque no sabía muy bien para que le podría servir, como era muy bonito se lo guardó. Así que siguió patinando.

Al rato, Julio exclamó: “¡chicos mirad que árbol tan raro, venid para acá!”

Los chicos se quitaron los patines y fueron a verlo. Realmente, el árbol era bastante extraño y misterioso. Tenía el tronco muy ancho, con muchas ramas retorcidas y una enorme copa llena de hojas. Era el único árbol que no las había perdido.

Los chicos se quedaron admirándolo un buen rato hasta que Laura se dio cuenta de que tenía una extraña hendidura en la parte inferior del tronco. Carmen se acordó que esa extraña forma coincidía con la del diamante que se había encontrado. Así que lo sacó y probaron a encajarlo. Nada más acercar el diamante a la hendidura, éste cómo si se tratara de un imán se encajó rápidamente.

En ese momento ocurrió algo increíble, la piedra empezó a cambiar de color y de ahí salió un precioso arco iris que atravesaba la pista de hielo.

Los chicos se quedaron con la boca abierta, nunca habían estado tan cerca de un arco iris. Pero los niños, no sabían que eso era una señal de que la princesa Luna necesitaba ayuda. Julio, tenía tanta curiosidad por el tacto de aquel arco iris que se acercó y lo tocó. Estaba duro como una piedra. Entonces Julio pensó que el arco iris podría ser otro puente misterioso. Intentó subirse en él para ver a dónde le llevaba, pero no lo logró. Nada más intentarlo se esfumó y Julio se cayó. Cuando se levantó del suelo, sobre la pista de hielo, vio brillar algo cerca de él y lo cogió. Era un papel con una nota que decía: “Para cruzar el arco iris tendréis que buscar a la reina de los sueños, Sofía”. Pero ellos no sabían quien era. Sofía, al rescatar a Luna se convirtió en la reina de los sueños.

Tenían una misión importante, buscar a Sofía, pero no sabían cómo encontrarla.  A Berta le llamó la atención una luz morada que salía del arco iris y dijo: ¡Hey chicos,  mirad  esa luz tan rara! En ese mismo momento y en otro lugar, a Sofía le empezaron a brillar los caramelos. Entonces, supo que tenía que tomarse uno y cayó en un profundo sueño. Los niños pudieron observar como el puntito de luz morado cambiaba de forma y de repente… ¡apareció Sofía!

Los chicos no sabían quien era, pero Sofía se dirigió inmediatamente al puente de arco iris. Ella se presentó y les dijo que subieran. Los chicos le siguieron y lograron pasar. Sofía les contó que al pasar aquel arco iris se encontrarían en el país de los sueños encantados y que el arco iris apareció  porque los habitantes del país de los sueños habían sido hechizados por un mago malvado y necesitaban ayuda para romperlo. La maldición era que todos los habitantes permanecerían en un profundo y triste sueño hasta que la alegría los consiguiera despertar.

 

La misión era clara, buscar al mago, romper el hechizo y volver a casa. Pasaron horas y horas sin rastro del mago, hasta que Laura dijo:

-“Encontrar al mago va a ser una misión imposible”.

“Es verdad”-dijo Julio apoyándose sobre un pequeño muro de piedra situado junto a un precioso lago. En ese instante, el muro se desplazó y se abrió un pasadizo oculto. Los chicos se asustaron, pero al final lo atravesaron emocionados y contentos porque sabían que era una señal de que estaban más cerca de cumplir la misión. Lo que no sabían es lo que se iban a encontrar al cruzarlo. Al final del todo, vieron a la princesa Luna atada de pies y manos.

Los niños y Sofía se apresuraron a liberarla. Entonces, ella les contó que después de que el mago hechizara a todo el reino, menos a ella por haberse protegido con su magia, le encerró en ese pasadizo para que no pudiera desvelar la manera de romper el hechizo.  Luna no logró salir con sus poderes de aquel lugar, pero consiguió con su magia mandar una señal al otro mundo. Fue cuando los chicos encontraron la piedra y al encajarla consiguieron llamar a Sofía y todos juntos consiguieron viajar al reino de los sueños encantados a través del arco iris. Luna les dijo que Carmen, Julio, Laura y Berta, habían sido elegidos para salvar su mundo por ser tan buenos hermanos y ayudarse siempre en todo y sobre todo por ser tan alegres y jugar juntos y disfrutar tanto de las cosas. Y que por eso, ellos eran los únicos que podrían vencer el hechizo del mago ¿Pero cómo? -Preguntó Julio. Tenéis que estar tan contentos que las risas y la alegría se expanda por el país de los sueños encantados –dijo Luna.

Los chicos tenían tanto miedo que se dieron las manos, y en ese momento, fue cuando ocurrió algo sorprendente.

 

De la amistad y la relación de los hermanos se generó una fuerza tan poderosa que se rompió el hechizo. La alegría conquistó el reino de los sueños y todos los habitantes se despertaron contentos y felices. Luna regresó a su Palacio, el mago desapareció y los chicos y Sofía regresaron a su mundo. En ese momento comenzó a llover y volvió a salir el arco iris mágico que los llevó de vuelta a su hogar. Los chicos se despidieron de Sofía y en ese mismo instante desapareció de sus memorias toda la aventura que habían vivido, o tal vez no, quién sabe.

FIN.